Quizás a primera vista no parece haber relación entre sexualidad y espiritualidad sin embargo estos dos conceptos están completamente ligados. Para la mayoría de personas pensar en la sexualidad como una herramienta de crecimiento es una aberración, pues el modelo social que tenemos no contempla estas dos energías como complementarías.
Se trata de cambiar la visión y ver la sexualidad de manera integral, no sólo como una experiencia física o emocional pues cada aspecto de la creación, incluyendo la sexualidad, puede ser celebrado y tratado como lo que realmente es, algo sagrado.
Todos en algún momento hemos tenido la necesidad de buscar un sentido más profundo a nuestras vidas, la espiritualidad es una auténtica certeza de saber en el corazón y en cada célula de nuestro cuerpo, que formamos parte de algo armonioso y que es mucho más grande que nosotros mismos. Todos somos seres espirituales viviendo una experiencia humana y para reconocerte como tal no necesitas vestir un turbante, ser sacerdote o meditar cada día durante una hora, la espiritualidad es algo innato en todos nosotros, esta en nuestras acciones y pensamientos, en nuestros vicios, en nuestro trabajo, en nuestras virtudes, en nuestros defectos, en nuestras aficiones, en cada segundo de nuestra vida. Es tomar conciencia de los condicionamientos que todos tenemos por familia, sociedad, religión etc etc.. Despertar a nuestra espiritualidad es simplemente estar alerta del engaño que nos hacemos a nosotros mismos a cada momento.
Desde mi punto de vista, y con la experiencia que me ha llevado hasta aquí, la energía sexual es la energía mas fuerte, sagrada y sanadora que posee el ser humanos. Es la energía creadora de vida. Cuando honramos esta energía sagrada nos damos cuenta de la poderosa oportunidad que tenemos para conectar con el alma y crear una profunda fusión con nuestra pareja. Cuando ignoramos este aspecto, no se está completamente presente en el acto separándonos del verdadero significado de la sexualidad espiritual que nos habla de la capacidad que tenemos de conectarnos a algo más grande que nuestro aspecto puramente físico: nuestro SER
.Se trata de una danza mutua de energías en la cual participan todos los niveles y aspectos de las parejas. Implica pasado de esta vida y de otras y presente de los dos. Esta danza energética no queda solo en la epidermis de la piel. En ella se incluyen los 7 cuerpos que posee nuestra aura, y los chacras. Así como la energia masculina y femenina de cada individuo. El acto sexual consciente abre el alma para que entregue y reciba fuerza enérgica de vida incluyendo cargas karmaticas y darmicas.
El intercambio es mucho mas poderoso de lo que podemos imaginar, va mucho mas allá de lo que nuestra mente limitada conoce. Para lograr aceptar y crecer en nuestra espiritualidad sexual debemos dejar a un lado todas las creencias falsas que nos generan sentimientos de culpabilidad y comenzar a valorizar nuestra propia sexualidad.
Por medio de la sexualidad se pueda tejer o construir la propia conciencia, si aprendemos a escuchar el vehículo del alma; nuestro cuerpo físico.
El sexo Tántrico de la antigua India es una filosofía y ciencia, una práctica altamente desarrollada, que motivaba y guiaba al individuo a crear experiencias intuitivas y esotéricas. El Tantra es una de las tendencias en el hinduismo contemporáneo y constituye la práctica principal en todas las escuelas del budismo tibetano e incluye técnicas de meditación y ritualización a través del acto. El semen es considerado fuente de vida y de ̈energía vital ̈ por lo que considera que la eyaculación aleja al hombre del orgasmo verdadero y del éxtasis sexual que lleva a niveles de conciencia superiores. El sexo Tántrico se refiere al trabajo de estimulación y retención de la ̈energía vital ̈ que hace que la conciencia individual pueda recorrer, en sentido inverso, el sendero de su manifestación para la reintegración del individuo en la conciencia pura. Al final de este camino se encuentra un estado de superconciencia que se conoce como ̈el despertar ̈. En otras palabras, es prolongar la etapa última del placer, la etapa más intensa, inhibiendo el espasmo fisico para permanecer indefinidamente en el punto límite, el que da acceso paraiso sexual cerebral. Es ahí donde se encuentra con el verdadero orgasmo espiritual, la experiencia de la pareja ya no está limitada ni es interrumpida por la eyaculación. Todo lo contrario ocurre en la mujer, ella conquista el paraiso sexual cerebral mediante la eyaculación. En nuestra cultura aun se sigue viendo a la sexualidad como un tabú, pero aun asi se sigue practicando desde la insconciencia y un alto porcentaje de la población padece algún trauna relacionado con la sexualidad y por ende esto afecta a la pareja. Hablar de sexualidad consciente es acercarse a la consciencia de nuestra propia energía y la de los demás.
Como seres vivos, somos un sistema de energía dinámica, nuestra salud y energía se apoyan en esta dinámica que fluye hacia el sistema de ̈chacras ̈. Esta palabra viene del sánscrito y significa rueda o vórtice y hace referencia a los once centros de energía que están distribuidos en nuestro sistema energético y componen nuestra consciencia así como nuestro sistema nervioso. Estos centros de energía funcionan como bombas o válvulas y regulan el flujo de energía. El funcionamiento de los ̈chacras ̈ refleja las decisiones que tomamos al reaccionar ante las circunstancias de nuestra vida. Abrimos y cerramos estas válvulas cuando decidimos qué pensar, que sentir, como actuar y al escoger el filtro perceptivo a través del cual queremos experimentar el mundo que nos rodea. La función principal de los ̈chacras ̈ es absorber la energía universal y metabolizarla alimentando los distintos órganos del ser humano para finalmente irradiar energía hacia el exterior. El chacra que interviene en la actividad sexual es el Chacra Esplénico o del Bazo ubicado en el centro del abdomen, en hombres como en mujeres entre el ombligo y el pubis. De color naranja abarca el sistema reproductor, órganos sexuales y plexo lumbar por lo que está asociado con nuestra conciencia respecto a la comida y el sexo. Es el receptor de las vibraciones sutiles, ligado a la disposición y voluntad de sentir emociones, al sistema reproductivo, a la comunicación del cuerpo con el ̈ser ̈ interior y con lo que el cuerpo quiere, necesita y encuentra placentero. Además de proveer un flujo de energía hacia la espina dorsal y hacia el cerebro, también mantiene en buen funcionamiento para la producción de hormonas. Si está abierto existe un sano compartimiento sexual, se incrementa el nivel creativo, la emotividad, los poderes psíquicos, la intuición y el dominio de los sentidos. Es un fuerte generador de energía ya que desde ahí la energía fluye a través del sistema de acupuntura hacia todos los órganos, cualquier sobrante fluye hacia fuera para formar el aura etérea alrededor de nuestro cuerpo. Pero si se encuentra cerrado o no desarrollado, da lugar a todas las fantasías y temores negativos de la sexualidad e incluso de los placeres de la vida, llegando incluso a crear la enfermedad. Es por eso que la filosofía Tántrica trabaja con esta energía tan importante entre muchas otras razones, por su gran poder para sanar, para evolucionar, para enaltecer todos los sentidos de manera que se prolonguen las sensaciones de placer y por ende se fortalezcan los lazos de intimidad entre las parejas.
El acto sexual tiene la fuerza para revitalizar tanto el alma como las emociones lo que lleva a una vida diaria más plena y significativa. Se trata de estar presente en el momento y en tu cuerpo, vivir plenamente las sensaciones y energías que se generan, los sentimientos que florecen en medio de esa expresión del lenguaje físico. Muchas dificultades entre parejas surgen como consecuencia de esa falta de conexión espiritual durante el acto sexual. Cuando existe verdadera confianza entre las parejas, se puede ahondar sin avergonzarse dónde se estanca la energía sexual. Esto se puede hacer simplemente observando conscientemente si se sienten atorados o bloqueados en alguna parte de su cuerpo o en alguna parte de sus emociones y sentimientos.
Cuando se permite que el corazón se haga cargo de la energía sexual, ésta encuentra su expresión más pura. Cuando logramos abrir el corazón hay verdad, amor y seguridad entre nuestra pareja, así se permite que la intuición registre lo que está sucediendo en medio de esa intimidad pues no hay forma de esconder las emociones, al contrario nos encontramos ante un discurso abierto para tratarlas abiertamente y si llega a surgir algún temor, es aceptado como tal por que cuando se dejan a un lado pensamientos, etiquetas, juicios, dejan de existir bloqueos. Cuando nos aceptamos tal cual somos y aceptamos a nuestra pareja tal cual es, se crea el poder de sanación más grande que existe, entonces se conecta la energía del corazón con la energía sexual.
Rendirse se hace más fácil cuando existe confianza plena en la pareja, esto implica bajar la guardia y sentir placer sin resistencia, miedo o verguenza. No hay límites donde el éxtasis te pueda llevar. Aveces a conocerte a ti mismo, otras a conocer otros planos de conciencia que están en ti...sea donde sea donde te lleve es tu alma quien guia ese acto y siempre te llevara al lugar que necesitas para seguir creciendo. La energía sexual nos permite en ese estado de embriaguez conectar profundamente con nuestra pareja y con nosotros mismos. No hay nada malo en experimentar con los sentimientos como la lujuria y el deseo pues son una fuente placer. Pero considero que el cuerpo no puede elegir por el mismo de qué modo va a expresar su energía sexual, pues es nuestro Ser quien se manifiesta a través de el. Somos nosotros con nuestras limitaciones, quienes creemos estar a cargo del cuerpo y nuestra necesidad de controlarlo. La energía siempre es pura, pero si es utilizada de una forma no sutil puede terminar cayendo en la inconsciencia, dejandonos llevar por nuestros deseos mas primitivos. Se puede cultivar conscientemente cuando no dejamos del todo al azar la elección de con quien vamos a compartir nuestra energía, pues estamos más expuestos a terminar envueltos en una serie de energías que a la larga podrían generan confusión, baja autoestima, desconexión con nosotros mismos o sentimientos de vacío. Tomemos conciencia con quien compartimos nuestra intimidad, ya que estamos compartiendo la energía más sagrada que poseemos.
Actualmente vivimos sumergidos en una crisis de amor. Aun cuando la palabra sexo ha sido remplazada por el eufemismo “Hacer el amor”, es lo que menos se busca en una relación.
La mayoría de los jóvenes y ya no tan jóvenes buscan sólo satisfacer el placer físico, sin involucrar el corazón, los sentimientos y mucho menos el alma. Solo cuerpo con cuerpo, nada más. Les invito a moverse en el sexo consciente: a usarlo como un acto de meditación, como una forma de dialogar con la naturaleza humana, de ser el uno con el todo, y de recibir al otro en su totalidad.
El sexo consciente o espiritual es mucho mas que quitarse la ropa y friccionar un cuerpo sobre otro cuerpo, compartir fluidos o saciar el deseo inmediato. Cuando dos almas se encuentran finamente entrelazadas en esa zona invisible y silenciosa justo al otro lado del tiempo, justo ahí es donde las almas se encastran la una con la otra y el amor puro comienza a germinar. Es ahí donde donde los amantes se desnudan verdaderamente para sentirse, explorarse, para sanar, para crecer, para despertar juntos e incluso para crear otras energias las llamadas hijos de luz. Practicar el sexo de una manera consciente es más que quitarse la ropa… es quitarse la piel.
